El otro día me presentó un compañero a un amigo suyo para que le diera clases de guitarra, ya que quería ingresar en el conservatorio, y evidentemente, las preguntas obligadas:
-¿Te gusta la música?
-¿Qué tipo de música te gusta ?
-De todo un poco, pero la clásica, la buena música, es mi preferida.
-¿Quieres cantarme una canción, la que quieras?,
-Me da verguenza cantar, no tengo oído.
-¿No tienes oído?, ¿Qué no tienes oído?, que me dices.
-No tengo oído musical, me gusta cantar pero desafino mucho y me cohibo
Esta respuesta me dio pie para hacer unas consideraciones sobre el "mal oido musical"
Muchos consideran, y con frecuencia se escucha que “ tienen mal oído” y lo que quizás quieran decir es que tienen mala capacidad para diferenciar el tono de los sonidos, es decir, la manera que cada individuo percibe la música, pero una cosa es percibir y otra ejecutar, puede que se perciba bien y se ejecute mal, pero si percibe bien y ejecuta bien, es que tiene buen oído musical. Así mismo, tengamos en cuenta que una cosa es oir y otra escuchar.
Pero vayamos al asunto, ¿se hereda o no el oído musical?. No está demostrado que el oído musical, entendido como antes hemos definido, sea hereditario en su totalidad, pero lo que si es cierto es que se puede transmitir cierta afición y actitud musical para captar los distintos sonidos.
¿Entonces qué ocurre?, pues que la música en su plena esencia, puede aprenderse y todo el mundo está capacitado para ello, eso sí, siempre que las estructuras óticas, incluyendo nervio auditivo esté perfecto. El tener buen o mal oído musical, no radica estrictamente en las estructuras del oído, sino en la manera de transmitirlos, siendo el cerebro quien se encarga de procesar este complejo sistema ya que la percepción del sonido tiene diferentes localizaciones cerebrales según se trate de ritmo, melodía o armonía, estimulando los núcleos cerebrales y realizando un carga cortical, que si son ricos en frecuencias armónicas, según Tomatis, son sonidos con carga que llegan a estimular al individuo, mejorando la memoria, la capacidad de trabajo, concentración ,atención, sensación de más vitalidad, más motivación en la mayoría de las cosas, por tanto, todo ello facilita el hacer las cosas con menor esfuerzo.
Sin entrar en profundidades sobre el el cerebro de los músicos, ya expuesto en otra ocasión, considerar que las investigaciones apuntan a que la representación de la música en el cerebro es bilateral; así Depins considera que la música es uno de los mejores instrumentos para equilibrar los hemisferios cerebrales.
Existen personas que no pueden reconocer ni expresar los sonidos musicales. Debemos tener en cuenta que las características más importante del sonido son, altura, intensidad, duración y timbre, y por tanto "oído musical" no se limita a la afinación, si no también, al ritmo, la intensidad y al timbre, etc; algunos son sordos para tonos y otros para melodías.
Analizadas estas consideraciones, se puede aseverar que lo de el buen o mal oído va a depender, casi con certeza, del aprendizaje, en el que predomine un buen ambiente musical, tanto en las escuelas, conservatorios y familia, deberemos añadir que teniendo un nivel intelectual normal con ingredientes de estudio y pasión o aficción , llegaremos del "mal oido" al "buen oido".
Quisiera finalizar con unas conclusiones, sacadas de un estudio de Conxa Trallero, que bien podría extenderse a todo docente muscial.
1.- “El oído musical es, pues, una facultad en parte innata y en parte adquirida que juega un papel decisivo en la formación de la persona, tanto desde el punto de vista humano como musical….”
2. “En principio, las habilidades de discriminación auditiva son inherentes a todos los seres humanos desde muy temprana edad, pero requieren de refuerzo y estímulo para que prosperen. El niño debe tener un ambiente propicio para desarrollar sus capacidades musicales, igual que sucede con el aprendizaje del lenguaje.”
3. “Debemos conocer a fondo las características de los alumnos a quienes debemos educar auditivamente: su historial musical, entorno, experiencias, dificultades, etc., para poder diseñar una metodología apropiada.”
4.- “El conocimiento y discriminación del mundo sonoro estimula, como se ha visto, la capacidad intelectual y es, sobre todo, una forma de conocer el mundo que nos rodea y sentirnos más seguros en él.”
Por lo anteriormente expuesto, cabe la pregunta: ¿Se hereda el oído musical? , o lo que es lo mismo, ¿el músico nace o se hace?
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