jueves, 17 de marzo de 2016

LA MUERTE (Platero y Yo) E. Sáinz de la Maza.EDUARDO INESTAL

LA MUERTE 
(Platero y yo)




"Encontré a Platero echado en su cama de paja, blandos los ojos y tristes. Fuí a él, lo acaricié hablándole, y quise que se levantara...El pobre se removió todo bruscamente, y dejó una mano arrodillada...No podía...Entonces le tendí su mano en el suelo, lo acaricié de nuevo con ternura, y mandé venir a su médico. El viejo Darbón, así que lo hubo visto, sumió la enorme boca desdentada hasta la nuca y meció sobre el pecho la cabeza congestionada, igual que un péndulo. -Nada buen, ¿eh?
No sé contestó...Que el infeliz se iba...Nada...Que un dolor...Que no sé qué raíz mala...La tierra entre la hierba...A mediodía, Platero estaba muerto. La barriguilla de algodón se le había hinchado como el mundo, y sus patas, rígidas y descoloridad, se elevaban al cielo. Parecía su pelo rizoso de estopa apolillada de la muñecas viejas, que se cae, al pasarle la mano, en una polvoriente tristeza...Por la cuadra en el silencio, encendiéndose cada vez que pasaba por el rayo del sol de la ventanilla, revolaba una bella mariposa de tres colores..."
Juan Ramón Jiménez

(Platero y Yo (1907-1916)

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